En una carta publicada el miércoles, el maximalista de Bitcoin, presidente ejecutivo de MicroStrategy y presunto evasor de impuestos dijo que la minería es «el uso industrial más eficiente y limpio de la electricidad». Según él, el coste de salida del mecanismo de Bitcoin es 100 veces mayor que el coste de entrada.
Según las estimaciones, Bitcoin utiliza al año tanta energía como una pequeña nación. Sin embargo, los defensores de la primera criptomoneda y de su algoritmo de consenso de prueba de trabajo, que consume mucha energía, afirman que una gran parte de la energía utilizada se genera a partir de recursos renovables como el viento y la energía solar.
Sugirió que, en contra de la creencia popular, la minería de bitcoin tiene pocos o ningún efecto negativo sobre el medio ambiente. Por el contrario, cree que si no fuera por los tremendos esfuerzos de presión de los intereses rivales dentro del sector de las criptomonedas, ni siquiera estaría en el radar del público.
Michael defendió los Mining Pools
Saylor dijo que se vio obligado a «decir la verdad» sobre la relación de Bitcoin con el medio ambiente al publicar la carta el miércoles debido a la «desinformación y propaganda» que ha circulado recientemente sobre ella.
Por un margen significativo, la red Bitcoin utiliza actualmente más energía que cualquier otra red blockchain. Esto se debe a que la blockchain está asegurada por su método de consenso Proof of Work (POW), que requiere equipos informáticos que consumen mucha energía (mineros).
Ethereum es la única red de tamaño comparable que utiliza este método. La fusión que ha tenido lugar hoy hará que Ethereum pase a un mecanismo de bajo consumo, el método de consenso Proof-of-Stake, por lo que Bitcoin será pronto la única criptomoneda con un perfil energético notable.
Sin embargo, como observó Michael Saylor, el impacto de Bitcoin en el cambio climático global es todavía «un error de redondeo».
Según él, los usos energéticos industriales distintos de la minería de bitcoin son responsables del 99,92% de las emisiones de carbono en el mundo. «La dificultad de reducir las emisiones de carbono no puede ser resuelta por la minería de bitcoin, ni es la causa del problema«.
Un factor que contribuye a las bajas emisiones de carbono de Bitcoin es la cantidad de energía renovable que utiliza. Según una encuesta realizada por el Consejo de Minería de Bitcoin en julio, la combinación de energía del sector minero es un 59,5% verde, una cifra que aumenta constantemente. Comparativamente, el porcentaje total de energía verde se sitúa en el 21,7%.
El presidente también destacó las ventajas concretas que la minería de Bitcoin ofrece a los sistemas energéticos y medioambientales. Por ejemplo, los mineros pueden utilizarse para generar ingresos a partir del gas metano que, de otro modo, tendría que ser expulsado con un método mucho más destructivo para el medio ambiente.
La carga variable de los mineros puede añadirse a los sistemas energéticos que utilizan fuentes de energía renovables «poco fiables», como la eólica y la solar. Estas redes podrán «encontrar la acumulación de capacidad adicional necesaria para alimentar de forma sostenible grandes centros industriales/poblacionales» y mantener su rentabilidad.
La oposición al bitcoin
En su opinión, Saylor no cree que las objeciones de los ecologistas a las pruebas de trabajo se hagan de buena fe y se basen en los datos.
Sin las agresivas campañas de marketing de guerrilla de los promotores de criptomonedas rivales y los grupos de presión que se esfuerzan por poner en duda la minería de Prueba de Trabajo, [las emisiones de carbono de Bitcoin] raramente se notarían, afirmó el autor.
Los líderes de las criptomonedas de la competencia critican con frecuencia los requisitos energéticos de Bitcoin, especialmente los de las monedas de prueba de trabajo.
En contraste con el Bitcoin, que requiere mucha energía, el cofundador de Cardano, Charles Hoskinson, sugirió a Lex Friedman el año pasado que Tesla aceptara ADA para el pago de los coches. Para concienciar sobre el potencial daño medioambiental de Bitcoin, Chris Larsen, cofundador de Ripple, invirtió 5 millones de dólares en una campaña en marzo.
Este tipo de acciones parecen causar sensación tanto en el sector regulador como en el de libre mercado. Mientras que algunas empresas han dejado de aceptar pagos con Bitcoin por cuestiones medioambientales, la Casa Blanca está pensando, al parecer, en prohibir directamente las operaciones de minería para solucionar el problema.
Ripple se enfrenta al infierno de los valores no registrados
La Comisión de Valores y Bolsa (SEC) está ahora demandando a Ripple por la presunta venta de valores no registrados en forma de XRP. La comisión se está centrando en Exchanges de criptomonedas como Coinbase, ya que listan numerosas criptomonedas que pasan el Test de Howie.
Saylor cree que el único propósito de estos intentos de cabildeo es desviar la atención del gobierno de las criptomonedas proof-of-stake, que tienen sus propios problemas de regulación.
En su declaración, Saylor afirmó que estas iniciativas «distraen a los reguladores, los legisladores y el público en general de la incómoda verdad de que los criptomonedas Proof of Stake son a menudo valores no registrados que se negocian en Exchanges no regulados en perjuicio del público inversor minorista.»
Saylor concluye afirmando que todas las críticas a la minería PoW ocultan las ventajas potenciales para todo el mundo: «La minería de Bitcoin puede llevar un sector limpio, exitoso y contemporáneo que produzca moneda fuerte a zonas remotas de países empobrecidos, a las que sólo se puede llegar por enlace satelital».
