La reciente mención de «Instability.AI» por parte de Elon Musk a través de su cuenta de X , generó una oleada de nuevas memecoins basadas en la integelincia artificial.
Estos activos digitales, surgidos rápidamente tras el tweet de Musk, comparten un denominador común: se trata de memecoins centradas en la IA.
A pesar del exito efímero que estas monedas pueden tener, son, en esencia, productos de especulación que se aprovechan de la tendencia momentánea generada por la actividad en redes sociales.
Más que una manifestación del potencial revolucionario de la tecnología blockchain, son simplemente un breve intento de oportunidad.
Cuál es el Problema con Éstas Memecoins
La carencia de valor subyacente en estas monedas radica en diversas imperfecciones fundamentales. En primer lugar, la falta de utilidad es notable. A diferencia de las criptomonedas establecidas que respaldan ecosistemas de blockchain, estas monedas meme no ofrecen servicios, productos o innovaciones tangibles. Les falta un fundamento sólido que pueda conferirles algún grado de valor sostenible.
En segundo lugar, la rapidez con la que estas monedas son creadas y promocionadas revela su verdadera naturaleza: un intento por obtener beneficios rápidos.
El código subyacente de muchas de estas monedas puede ser replicado con mínimo esfuerzo, a menudo reciclado de iteraciones anteriores de memecoins. Este ciclo acelerado de producción suele dar lugar a una falta de diligencia debida en términos de seguridad y funcionalidad.
En tercer lugar, las dinámicas de oferta y demanda no favorecen a estas monedas. Cada nueva moneda inspirada en un tweet contribuye a saturar aún más el mercado con tokens que comparten propósitos y funciones idénticas. Esta saturación, combinada con la naturaleza efímera de la emoción inicial generada por eventos en redes sociales, conduce a una disminución inevitable en el valor de estas monedas.
Aunque el comentario de Musk impulsó la creación de estas memecoins, es esencial que los inversores comprendan su naturaleza especulativa y se abstengan de considerarlos como inversiones a largo plazo. La volatilidad y la falta de fundamentos sólidos hacen que estas monedas sean propensas a una rápida depreciación de valor, lo que subraya la importancia de la cautela.
