En un giro espectacular, un memecoin bautizado como “4” se disparó tras una mención casual de Changpeng Zhao (CZ), cofundador de Binance. Se reporta que un inversor inicial inyectó cerca de USD 3.000 y vio cómo esa posición escaló hasta casi USD 2 millones en sólo unas horas. La historia pone de manifiesto cómo la influencia en redes sociales, la liquidez extremadamente reducida y el trading reflexivo pueden combinarse para generar ganancias gigantescas… pero muy vulnerables.
Todo empezó cuando la cuenta oficial de BNB Chain en X (antes Twitter) fue hackeada y usada para difundir enlaces de phishing. El episodio desató una ola de memes: circuló la versión de que el atacante escapó con solo “USD 4 000”, y ese monto se convirtió rápidamente en broma recurrente en la comunidad de BNB Chain. Horas más tarde, apareció el token llamado 4, como homenaje irónico al memecoin.
Entonces CZ hizo alusión al incidente entre sus millones de seguidores, transformando una broma de nicho en una señal de trading implícita. Esa amplificación atrajo atención masiva. Escáneres detectaron la nueva dirección del contrato; bots y traders minoristas fluyeron hacia el pool de liquidez que acababa de ser desplegado.
Al estar el pool extremadamente poco financiado, cada orden de compra aproximada elevaba la siguiente, generando un bucle de urgencia y escalada de precios.
Del meme al frenesí del mercado
La dirección “0x872” se volvió famosa: se cree que apostó cerca de USD 3 000 en BNB para comprar 4 en su fase más temprana. A medida que el impulso creció, su posición alcanzó aproximadamente USD 2 millones sobre el papel. El poseedor mantuvo más del 98 % de sus tokens al inicio, exponiéndose a un riesgo colosal si alguna venta significativa golpeaba ese pool frágil.
A la luz de los hechos, el episodio es una lección sobre oportunidad y riesgo. Con liquidez tan escasa, incluso una orden modesta de venta puede revertir todo el movimiento. El token “4” pudo haber arrojado un rendimiento espectacular en la valoración teórica, pero las ganancias permanecen en papel salvo que se logre salir sin colapsar el mercado. Este caso también ilustra cómo la percepción y las señales sociales —no los fundamentos— pueden encender repuntes instantáneos en los mercados cripto modernos.