Stripe ha establecido una tarifa del 1,5% para transferencias en stablecoins, mientras que el coste equivalente en cadena es de $0.0002, lo que pone de relieve una brecha significativa entre el precio corporativo y los costes brutos de la blockchain.
El cargo del 1,5% de Stripe se aplica a las transferencias ejecutadas en stablecoins; la tarifa publicitada por la empresa contrasta con un coste unitario en cadena de $0.0002. El porcentaje principal indica un modelo de tarifa proporcional, mientras que la cifra en cadena representa el gasto marginal computacional y de red para una sola transferencia. Esta yuxtaposición aísla dos elementos: un cargo al cliente basado en porcentaje y un costo base casi despreciable cuando se mide estrictamente por el gasto de liquidación en cadena.
Para comerciantes y procesadores de pagos, un gravamen del 1,5% sobre las transferencias en stablecoins convierte un coste técnico cercano a cero en una tarifa comercial material. Esa brecha sugiere que la empresa está fijando precios por servicios más allá de la ejecución bruta de la transacción —por ejemplo, cumplimiento normativo, custodia, provisión de liquidez y rampas de entrada y salida fiat—, aunque esos componentes no se detallan aquí. Para transferencias de bajo valor, el modelo porcentual dominará la economía; para transferencias más grandes, la misma tasa escala linealmente.
El resultado es previsible: los pequeños comerciantes o los micropagos soportan la mayor carga relativa, mientras que las transferencias más grandes afrontan un coste proporcional más estable. Un resumen conciso: la aritmética de un gasto en cadena de $0.0002 frente a una tarifa del 1,5% concentra la extracción de valor en la capa de servicios en lugar de en la capa de protocolo.
Lo que implica la tarifa para usuarios y comerciantes de Stripe
La decisión de aplicar una tarifa porcentual, en lugar de una microtarifa fija o escalonada alineada con el coste marginal en cadena, afecta las opciones de enrutamiento y el comportamiento de los usuarios. Los integradores de pagos y los equipos de tesorería sopesarán si aceptar la tarifa, internalizarla o trasladarla a los usuarios finales. Ese intercambio influye en los patrones de adopción entre clientes sensibles al precio y puede alterar cómo las empresas estructuran las ventanas de liquidación o las estrategias de agrupamiento para optimizar costes dentro del marco porcentual impuesto.
Desde un punto de vista operativo, el modelo del 1,5% simplifica la facturación pero puede complicar las comparaciones para clientes que buscan transparencia del coste puramente en cadena. La estructura también plantea preguntas sobre lo que se incluye en la tarifa: custodia, garantías de liquidación instantánea, suscripción de riesgos y cumplimiento normativo son componentes plausibles que pueden justificar un diferencial entre el coste bruto de la red y el precio al cliente.
La tarifa anunciada por Stripe del 1,5% para transferencias en stablecoins, frente a un coste en cadena de $0.0002, redefine la economía de los pagos con criptomonedas como un mercado impulsado por servicios más que por costes de protocolo.
