Bitcoin registra un retroceso del 20%–37% desde máximos con volatilidad implícita y realizada contenida, un comportamiento que rompe la vieja regla de caídas acompañadas por picos de volatilidad. La corrección llevó el precio por debajo de $90.000 y marcó un mínimo de $80.184,77 el 21 de nov. de 2025, lo que plantea un posible cambio estructural en el comportamiento del activo.
Los últimos movimientos muestran una caída significativa en precio sin el estallido de volatilidad histórica que solía acompañar descensos similares. Las pérdidas observadas oscilan entre el 20% y el 37% desde los picos, con un mínimo puntual de $80.184,77 el 21 de nov. de 2025, mientras la volatilidad permanece sorprendentemente contenida.
Michael Saylor señaló ese mismo día que la volatilidad anualizada de Bitcoin ha descendido de ~80% en 2020 a ~50% en la actualidad. Investigaciones de firmas como Fidelity e iShares indican que medidas de 60 días se mantienen por debajo del 50% desde inicios de 2023, y en octubre de 2023 Bitcoin fue menos volátil que 92 acciones del S&P 500, según registros de aquel periodo.
Estos cambios coinciden con mayor entrada de capital institucional, mayor profundidad en derivados y el crecimiento de tenedores a largo plazo, factores que, según analistas, han contribuido a un mercado más capaz de absorber correcciones. En el frente on-chain, el aSOPR se mantiene lejos de los extremos vistos en picos de bull market, lo que sugiere acumulación en vez de liquidación masiva. El STH realized cap drawdown para tenedores a corto plazo ronda −8%, reflejando un retroceso moderado.
Bitcoin: métricas clave y posicionamiento
Las lecturas técnicas apuntan a compresión de volatilidad más que a pánico. El ancho de las Bandas de Bollinger se ha estrechado a niveles notables, lo que suele preceder movimientos significativos pero menos caóticos.
El ratio de Sharpe ha caído a niveles típicos de fondos en 2019, 2020 y 2022 de Bitcoin, señalando una revaloración del riesgo sin el consiguiente estallido de volatilidad. En el plano de opiniones públicas, Anthony Pompliano calificó las caídas del 30%–37% como un “healthy reset” o “bottoming phase” el 24 de nov. de 2025, interpretándolas como ajustes de sentimiento que no implican colapso sistémico.
La combinación de compresión de bandas, volatilidad contenida y señales on‑chain favorece estrategias que prioricen gestión de riesgo y uso de opciones para cubrir exposición, ya que la estabilidad relativa puede reducir primas pero también provocar ajustes súbitos si cambian los flujos.
El patrón observado sugiere una evolución hacia un descubrimiento de precio más ordenado, donde correcciones profundas acompañadas de volatilidad contenida reflejan mayor madurez de mercado. Para traders y gestores, la lectura es doble: menor ruido estructural pero necesidad de vigilar niveles técnicos y lecturas de volatilidad que, de romperse, podrían reintroducir comisiones de riesgo.
