En 2025, compras, inversiones y colocaciones de deuda por miles de millones están reconfigurando la minería de criptomonedas como infraestructura para inteligencia artificial. Los movimientos, como la compra de Core Scientific por CoreWeave y la inversión de Google en Cipher Mining, involucran a inversores institucionales, proveedores de cómputo y reguladores que vigilan riesgos de mercado y concentración de activos.
El grupo de operaciones incluye la adquisición de Core Scientific por CoreWeave por 9.000 millones de dólares, un plan de TeraWulf para recaudar unos 3.000 millones y la entrada de Google con 1.400 millones por el 5,4 % de Cipher Mining. Las cifras ilustran la magnitud y el ritmo del capital que fluye hacia minas y centros de datos.
Emergen dos tendencias clave: la infraestructura de minado se revalúa como activo de cómputo para IA, y se emplea financiación agresiva —parecida a la deuda de alto rendimiento— para acelerar la consolidación. La combinación de deuda y capital busca capacidad de cómputo y ventaja competitiva en IA.
La comparación con el LBO de RJR Nabisco (25.000 millones en 1988) subraya el giro estratégico y financiero: entonces se buscaba control accionarial con bonos basura; ahora se persigue capacidad de cómputo mediante estructuras apalancadas. Definición técnica: los “junk bonds” son bonos de alto rendimiento y alto riesgo emitidos por empresas con baja calificación crediticia, utilizados para financiar adquisiciones apalancadas o reestructuraciones.
¿Por qué se invierte en infraestructura IA?
Las entradas de capital en minas y centros de datos incrementan la liquidez, pero introducen primas o descuentos significativos sobre el valor neto de los activos; la valoración dependerá de si la capacidad de minado se convierte efectivamente en carga de IA.
El uso intensivo de deuda eleva el apalancamiento y la vulnerabilidad ante shocks de mercado o caídas de ingresos por minería, ampliando el rango de resultados potenciales.
Reutilizar el hardware de minado para entrenar modelos de IA desplaza el modelo de negocio de los mineros hacia proveedores de cómputo especializado, con nuevas exigencias de integración y operación.
El episodio confirma que la infraestructura de minado se recicla como plataforma de cómputo para IA, impulsada por emisiones de deuda y capital multimillonarias. El próximo hito será la ejecución de esas emisiones y la integración operativa de los activos en cargas de IA, y el resultado dirá si esas “barbaries” consolidan una nueva frontera o provocan ajustes y desapalancamiento.
