Nvidia alcanzó alrededor de 5,06 billones de dólares de capitalización, un hito que refuerza el peso de la empresa en el ciclo de inversión en inteligencia artificial. El dato subraya que las tarjetas gráficas de Nvidia se han convertido en pieza clave para entrenar modelos de IA y llega en un año en que Bitcoin rinde menos que el índice de acciones estadounidense, con implicaciones para inversores, gestores y profesionales del sector tecnológico.
El valor de Nvidia trepó hasta unos 5,06 billones de dólares, según Reuters, el 29 de octubre de 2025, tras una escalada sostenida por la demanda de placas de procesamiento gráfico para entrenar modelos de inteligencia artificial. La compañía pasó de superar 3 billones en junio de 2024, rozó 4 billones en julio de 2025 y alcanzó 4,5 billones a comienzos de octubre, para luego dar el último impulso que la situó por encima de 5 billones.
Jensen Huang es señalado como artífice del giro estratégico: dejó en segundo plano el hardware para videojuegos y lo convirtió en infraestructura imprescindible del ecosistema de IA, capturando el ciclo de gasto de centros de datos que necesitan capacidad de cómputo acelerado.
Mientras tanto, Bitcoin avanza con más parsimonia en 2025: empezó en torno a 93 462 dólares en enero y marcó un máximo aproximado de 126 272 dólares en octubre, para un alza anual de cerca del 16 %. El S&P 500 sube alrededor de 17 % en el mismo lapso, según los informes citados.
Las claves para que Nvidia alcance su valor de mercado
Concentración de riesgo y liquidez. Una empresa valuada en 5 billones aumenta la fragilidad del sector: cualquier corrección que la afecte puede transmitirse con rapidez a los principales proveedores de tecnología para IA y a índices ponderados por capitalización.
Al rendir menos que las acciones estadounidenses en 2025, Bitcoin pierde atractivo relativo y los fondos institucionales pueden desplazar flujos desde criptomonedas hacia renta variable, reforzando el liderazgo de grandes tecnológicas.
Si Bitcoin y los mercados tradicionales se mueven más al unísono, la criptodivisa pierde eficacia como elemento dispersor de riesgo en carteras convencionales, elevando la importancia de otras fuentes de diversificación.
Riesgo reputacional y de concentración. La omnipresencia de gigantes tecnológicos aviva el debate sobre competencia y dependencia de pocos proveedores clave, con posibles efectos sobre regulación y estrategia corporativa.
El récord de Nvidia confirma que la infraestructura de IA ocupa el centro del negocio y ofrece un punto de comparación inmediato para activos de riesgo. El dato a seguir ahora es la evolución del S&P 500 y la publicación de resultados trimestrales de Nvidia, que mostrarán si la valoración se sostiene o retrocede.
