El mercado de stablecoins superó los $300.000 millones de capitalización en CoinMarketCap, reforzando su papel en la liquidez de los mercados cripto y su vínculo con la banca y actores institucionales. El avance impacta a emisores, reguladores y usuarios institucionales que buscan herramientas de pago y de reserva de valor menos volátiles.
La marca alcanzada sugiere un crecimiento sostenido, aunque no uniforme, y abre preguntas sobre la concentración por emisor, la transparencia de reservas y el rumbo regulatorio en las principales jurisdicciones.
Contexto del mercado y proyecciones
La cifra de $300.000 millones muestra una tendencia de expansión, pero no iguala al mercado en general. Tether (USDT) mantiene una posición principal con estimaciones de $155.200 millones a $167.000 millones de capitalización, mientras que USD Coin (USDC) figura con $61.700 millones. La concentración en un solo emisor plantea vulnerabilidades, dado que una cuota tan grande puede amplificar shocks de confianza, tensiones de liquidez o desafíos de cumplimiento.
Las proyecciones son divergentes: algunos analistas ven un posible ascenso hasta $1,2 billones en 2028, mientras que otros prevén cifras intermedias como $400.000 millones a finales de 2025. Estas diferencias subrayan la incertidumbre sobre el ritmo y alcance de la adopción. Un analista de Glassnode advierte que la transparencia de las reservas y las preocupaciones regulatorias siguen siendo barreras clave, lo que explica la combinación de apoyo y vigilancia que recibe el fenómeno.
Regulación, cumplimiento e implicaciones
En Estados Unidos se menciona la aprobación del GENIUS Act en julio de 2025 como marco normativo para stablecoins, mientras que Hong Kong prepara licencias desde agosto de 2025. A la par, el Banco Central Europeo mantiene reservas sobre transparencia y riesgo. Estas iniciativas aportan validez a la actividad, pero también introducen cambios que pueden reconfigurar el mercado y los requisitos KYC/AML para emisores y plataformas.
Las consecuencias prácticas abarcan liquidez, formación de spreads y funcionamiento de derivados. La llegada de marcos claros podría favorecer la adopción institucional si mejoran la auditoría y la custodia; al mismo tiempo, los costes de cumplimiento podrían elevarse para emisores más pequeños. En síntesis, las buenas proyecciones conviven con riesgos que pueden frenar una expansión acelerada.
El mercado ha ganado presencia y volumen, pero aún no puede afirmarse que las stablecoins hayan “llegado” plenamente. La validación total dependerá de mayor transparencia de los emisores y de cómo se asienten los marcos regulatorios. El siguiente punto a observar será la aplicación efectiva de las normas y su impacto en la estructura de mercado y en la confianza institucional.