La Fed sostiene un sesgo restrictivo incluso mientras el mercado laboral muestra signos claros de debilitamiento. Revisiones a la baja en nóminas, un repunte de despidos y una operación repo de alto volumen apuntan a estrés de liquidez en el sistema financiero. Importa porque confluyen presiones inflacionistas y tensiones financieras que inciden en mercados, crédito y decisiones de inversión.
Los datos laborales recientes han encendido alertas. En octubre de 2025, los recortes de plantilla registrados por Challenger alcanzaron su nivel más alto en años y, en lo que va de año, los despidos corporativos superaron el millón, un 65% más que el año anterior, de acuerdo con Challenger.
En agosto de 2025, la economía sumó solo 22.000 empleos y las nóminas de junio fueron revisadas de positivo a -13.000, la primera caída mensual desde 2020. La tasa de desempleo subió a 4,3%, su nivel más alto desde 2021, y la ganancia media por hora se moderó a 3,7% en agosto frente a 3,9% en julio, según los informes citados.
¿Cuál es elimpacto del indicador de empleo?
El Conference Board reporta que su Leading Economic Index (LEI) ha caído diecisiete meses consecutivos, lo que señala una desaceleración amplia. Definición breve: la LEI combina varios indicadores adelantados para anticipar la dirección de la economía.
La Fed preserva un tono hawkish porque la inflación sigue fuera de su objetivo. Sin embargo, mostró una acción táctica que contrasta con su retórica: el 31 de octubre de 2025 realizó una operación repo por $29,4 mil millones, la inyección de liquidez intradía más grande en más de cinco años, según datos de la Reserva Federal publicados en FRED. Las reservas bancarias cayeron aproximadamente a $2,8 billones, su nivel más bajo en más de cuatro años, y la operación alivió presiones en el mercado de financiación a corto plazo, con una caída en la rentabilidad del Treasury a 13 semanas tras la acción.
Tipos altos y enfriamiento laboral presionan las valoraciones, ya que se eleva el coste de capital y se reduce el precio teórico de los activos, afectando la asunción de riesgo y el apetito inversor. El episodio de repo sugiere tensiones de liquidez bancaria, con presión sobre reservas y mercados de dinero que puede encarecer la financiación de corto plazo para entidades y empresas.
La Fed se mantiene públicamente hawkish mientras aplica intervenciones puntuales para contener tensiones de liquidez; la próxima calibración de la política dependerá de la evolución de la inflación y de indicadores laborales clave, en especial nuevas revisiones de empleo y datos de precios que los responsables monitorearán de cerca.
