El mundo blockchain y sus prominentes figuras han sido objeto de un cambio drástico con la caída de Sam Bankman-Fried (SBF), alguna vez aclamado como el «Rey de las Criptos».
El fundador de FTX, una de las bolsas de exchange de criptomonedas más populares, ha visto su ascenso a CEO convertirse en una pesadilla legal, culminando en su actual encarcelamiento mientras espera veredictos finales por cargos de malversación y fraude financiero.
Desde agosto, SBF ha estado tras las rejas, luego de que un juez federal revocara su fianza por presunta intimidación a testigos, acusación que él niega vehementemente.
Recientemente, un juicio relámpago lo declaró culpable de malversar miles de millones de dólares pertenecientes a clientes de FTX, así como de defraudar a inversores y prestamistas.
La sentencia para SBF se ha fijado para el 28 de marzo de 2024, tras lo cual será trasladado a una prisión federal para cumplir su condena
A pesar de su reclusión, Bankman-Fried continúa siendo una fuente de consejos sobre criptomonedas, brindando su expertise a los guardias desde su celda, según informó The Wall Street Journal recientemente.
Respecto a su vida en prisión, su residencia actual en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn ha sido objeto de críticas por sus condiciones precarias y la falta de personal, un tema que ha sido cuestionado por abogados defensores y el sindicato de guardias penitenciarios.
En este entorno penitenciario, SBF comparte espacio con figuras notables como Genaro García Luna, exsecretario de seguridad pública de México, condenado por facilitar el tráfico de toneladas de cocaína hacia los Estados Unidos para el cartel de Sinaloa.
También comparte unidad con Juan Orlando Hernández, ex Presidente de Honduras, quien aguarda juicio por cargos federales de tráfico de drogas y armas.
Se ha especulado que, cuando sea trasladado a una prisión federal, SBF llevará consigo paquetes de mackerel, moneda informal utilizada en el sistema penitenciario, algo que resulta común en estos entornos donde ciertos productos se convierten en una forma de intercambio económico entre los reclusos.