Ethereum (ETH) retrocedió por debajo de la cota de $3.000, marcando un mínimo de cuatro meses y desatando dudas sobre la continuidad del mercado alcista. El dato sitúa al activo en el centro de una corrección amplia que combina fugas de flujo, caída en la actividad on-chain y acumulación por parte de grandes tenedores.
La presión vendedora se refleja en varios indicadores clave. El valor total bloqueado (TVL) descendió hasta $74.000 millones, una caída del 13% en un mes, mientras que la actividad on-chain y los volúmenes en exchanges descentralizados retrocedieron alrededor de un 27%. Estos movimientos ofrecen un panorama de menor uso y liquidez a corto plazo.
El ratio Market Value to Realized Value (MVRV) sitúa a ETH en una “zona de oportunidad”; el MVRV Z‑Score ha superado umbrales asociados a infravaloración. El índice de fuerza relativa (RSI) muestra condiciones de sobreventa extremas, con una lectura de 14,5, nivel no observado desde abril de 2025; este tipo de extremos técnicos suele preceder rebotres de corto plazo.
Acumulación institucional y rotación de capital
A pesar de salidas netas en ETFs spot de Bitcoin y Ethereum, los grandes tenedores acumulan. Se registraron acumulaciones de ballenas por valor aproximado de $1.370 millones y $900 millones en staking institucional, movimientos compatibles con compras estratégicas de largo plazo.
Un actor identificado como BitMine Immersion llegó a adquirir el 2,9% de la oferta total de ETH, una señal de convicción por parte de ciertos inversores de gran escala.
Simultáneamente se observó una rotación de capital hacia altcoins: flujos notables en ETFs de XRP y Solana y una caída de la dominancia de Bitcoin, acompañada por un repunte relativo del par ETH/BTC; ese patrón suele preceder episodios de mayor rendimiento en tokens alternativos dentro de ciclos alcistas.
Estas dinámicas apuntan a redistribución de riesgo más que a abandono del activo, lo que sugiere que la caída del precio de ETH convive con movimientos estratégicos en el mercado.
Los datos on-chain, la actividad de grandes tenedores y las señales técnicas apuntan a que la caída por debajo de $3.000 funciona como corrección y fase de acumulación, no necesariamente como fin del mercado alcista.
