Un movimiento vertical e inesperado impulsó a Bitcoin desde los 91.000 hasta los 94.000 dólares en apenas dos horas, lo que encendió inmediatamente las alarmas sobre una posible manipulación del precio de Bitcoin en el sector. El investigador DeFiTracer fue uno de los primeros en señalar anomalías, revelando que el creador de mercado Wintermute compró 68 millones de dólares en un lapso de sesenta minutos, actuando aparentemente sin ninguna noticia fundamental que justificara tal agresividad compradora en ese momento específico.
Por otro lado, los datos on-chain sugieren que esta acción no fue aislada, ya que otros grandes actores del ecosistema participaron activamente. Analistas como DefiWimar observaron patrones de compra coordinada en plataformas principales, incluyendo volúmenes masivos en Coinbase, BitMEX y Binance, lo que refuerza la teoría de una acción orquestada. Durante este breve periodo de alta volatilidad, el mercado sufrió una sacudida brutal que resultó en la liquidación de más de 130 millones de dólares en posiciones apalancadas, afectando tanto a alcistas como a bajistas en un clásico escenario de barrida de mercado.
Asimismo, el desglose de las cifras muestra un panorama desolador para los traders desprevenidos, pues se eliminaron 70 millones de dólares en posiciones largas y casi 61 millones en cortos. Este fenómeno, descrito por expertos como NoLimitGains, se ajusta al patrón de «caza de liquidez», donde las ballenas empujan el precio hacia niveles predecibles para activar órdenes de stop-loss y liquidaciones forzadas. De este modo, logran generar la contrapartida necesaria para sus propias operaciones, aprovechando la liquidez que los inversores minoristas e institucionales más pequeños dejan expuesta en el libro de órdenes.
¿Estamos ante una estrategia de caza de liquidez diseñada para atrapar a los traders?
La ausencia de un catalizador mediático evidente ha sido el principal argumento de quienes denuncian que la manipulación del precio de Bitcoin fue el motor de la subida. Sin embargo, no todos los observadores coinciden con esta visión pesimista, ya que algunos apuntan a factores macroeconómicos subyacentes. El analista Darkfost destacó que la publicación de los datos de empleo JOLTS de EE. UU., que superaron las previsiones, pudo haber actuado como un impulsor legítimo justo antes de la reunión del FOMC, ofreciendo un respiro fundamental a los activos de riesgo.
No obstante, la estructura del movimiento sigue generando desconfianza entre los operadores veteranos. La falta de continuidad tras el pico inicial y el rápido retroceso hacia los 92.500 dólares sugieren que el impulso carecía de una demanda orgánica sostenida, característica típica de las trampas de mercado. Si el precio no logra recuperar y mantener la zona de los 94.000 dólares con volumen real, es probable que veamos una corrección más profunda, ya que los mercados manipulados suelen devolver rápidamente las ganancias obtenidas de forma artificial.
Finalmente, el mercado de criptomonedas se mantiene en tensión a la espera de definiciones claras. Mientras los traders evalúan si el repunte fue una oportunidad genuina o una trampa, la atención se centra ahora en la reunión del FOMC, que podría validar o desmentir las expectativas alcistas. A corto plazo, la cautela es imperativa, pues la volatilidad extrema podría persistir en las próximas sesiones mientras se digieren estos movimientos inusuales de capital.
