Un movimiento trascendental en el panorama financiero asiático ha puesto a los activos digitales en el centro de la mesa: el National Pension Service (NPS) de Corea del Sur, el tercer fondo de pensiones más grande del mundo con activos bajo gestión que superan los $930 mil millones, ha sido formalmente instado a incluir inversión en Bitcoin y otros criptoactivos en su cartera. La recomendación fue presentada por Kab Lae Kim, investigador principal del prestigioso Korea Capital Market Institute (KCMI), durante una reciente conferencia local, señalando que ha llegado el momento de que el gigante estatal rompa la barrera de la cautela.
Kab Lae Kim destacó que la economía digital del país ha establecido una base industrial sólida, con firmas de valores nacionales incursionando activamente en el sector, lo que sugiere un potencial de beneficio significativo para la NPS. La propuesta sugiere que el fondo comience su exposición mediante vehículos de inversión más estructurados y regulados.
Específicamente, se mencionaron las Digital Asset Treasury (DAT) y los ETF (fondos cotizados en bolsa) al contado de criptomonedas como el «primer» o punto de partida ideal. Estos instrumentos permitirían al fondo participar en la revalorización del sector sin exponerse directamente a la custodia y volatilidad extrema de los tokens individuales, facilitando un cambio de política prudente hacia la adopción.
Tendencia Global de Adopción Cripto por Fondos de Pensiones
La presión para que el NPS coreano considere una inversión en Bitcoin no surge en un vacío. Forma parte de una tendencia global creciente donde fondos soberanos y planes de jubilación están buscando activamente vehículos de diversificación fuera de los activos tradicionales. A nivel internacional, ya existen precedentes importantes que sirven de referencia para la discusión en Seúl.
Por ejemplo, el fondo de pensiones australiano AMP, que maneja alrededor de $57 mil millones, ya ha destinado capital a Bitcoin. Del mismo modo, el fondo de pensiones estatal de Michigan ha invertido en un ETF de Bitcoin en Estados Unidos, demostrando que la diversificación hacia la clase de activos digitales es una estrategia ya adoptada en occidente.
El KCMI, una institución dedicada a la investigación de mercados de capitales y la promoción de intereses públicos, enfatiza que la participación de la NPS es crucial para impulsar el crecimiento y la competitividad global de las compañías de activos digitales del país. A pesar de este potencial, el NPS ha mostrado históricamente reticencia debido a la reputación de alta volatilidad del activo. Esta percepción ha sido el principal obstáculo para que el fondo de $930 mil millones se comprometa con una inversión en Bitcoin directa.
Aunque el NPS aún no ha realizado compras directas, en agosto de 2024 adquirió acciones de MicroStrategy (MSTR), una empresa cuyas acciones mantienen una alta correlación con el precio de BTC, una señal indirecta de reconocimiento del valor de la criptomoneda.
La recomendación de Kab Lae Kim subraya la necesidad de discusiones políticas urgentes para determinar si los activos digitales deben ser considerados inversiones centrales dentro del marco de gestión de la NPS. Un movimiento de esta magnitud por parte del tercer fondo de pensiones más grande del mundo tendría implicaciones profundas.
La mera señal de que capital institucional tan masivo está evaluando la clase de activos podría enviar una poderosa onda de credibilidad y legitimidad a todo el mercado de criptomonedas, atrayendo más capital institucional.
La volatilidad sigue siendo un obstáculo.
La potencial entrada de la NPS no solo proporcionaría un espaldarazo financiero a las empresas surcoreanas de tecnología y activos digitales, sino que también actuaría como un catalizador para la aceptación regulatoria de productos como los ETFs de Bitcoin al contado en la región asiática.
Si bien la alta volatilidad es una preocupación legítima, la diversificación y el potencial de rendimiento a largo plazo están redefiniendo el papel de Bitcoin como un activo de reserva. Este debate en Corea del Sur marca un momento decisivo en la integración de las criptomonedas con las finanzas tradicionales, abriendo la puerta a un futuro donde la jubilación de millones de personas esté, al menos en parte, ligada al rendimiento de la inversión en Bitcoin.