El Fondo Monetario Internacional en diciembre de 2025 emitió un informe advirtiendo sobre el creciente riesgo de las stablecoins, señalando que estos instrumentos podrían amenazar la soberanía monetaria y la estabilidad financiera global. El documento destacó una capitalización de mercado de aproximadamente $316 billion y citó $23 trillion en volúmenes de negociación de 2024 para subrayar la escala y el posible impacto sistémico.
El FMI enmarcó su preocupación en varios mecanismos por los que las stablecoins podrían desestabilizar economías, especialmente las más vulnerables. Señaló la dolarización —el proceso por el cual los residentes sustituyen la moneda local por una extranjera— como un canal clave para la fuga rápida de capitales; la dolarización ocurre cuando los ciudadanos trasladan sus ahorros a activos vinculados al dólar para preservar el valor. El informe señaló que las stablecoins vinculadas al dólar pueden acelerar este cambio en países con alta inflación, citando episodios recientes en Argentina y Turquía como ejemplos contextuales.
El fondo también advirtió sobre riesgos de corrida similares a los pánicos bancarios: una pérdida de confianza en la capacidad de redención de un emisor puede provocar reembolsos masivos y eventos de pérdida del anclaje. El colapso de TerraUSD y la breve pérdida del anclaje de USDC en marzo de 2023 se citaron como precedentes. Los autores subrayaron cómo las grandes reservas de stablecoins —a menudo aparcadas en deuda gubernamental estadounidense a corto plazo— atan a los emisores a los mercados tradicionales, lo que potencialmente transmite tensión a los sistemas bancarios y a los mercados de bonos del Tesoro. El FMI recomendó una acción internacional coordinada para abordar estas vulnerabilidades estructurales y las lagunas regulatorias.
Advertencias del FMI y canales de desestabilización
El Banco Central Europeo ofreció una visión mesurada en noviembre de 2025, describiendo los riesgos relacionados con las stablecoins en la zona euro como actualmente mínimos, una postura atribuida a la baja adopción y al marco regulatorio Markets in Crypto-Assets (MiCA). No obstante, el BCE advirtió que una adopción rápida o interconexiones globales más profundas podrían generar efectos de contagio.
Tanto el FMI como los actores de la industria coinciden en que la fragmentación regulatoria es un problema, pero divergen en las soluciones. El FMI instó a normas armonizadas y estrictas para cerrar las lagunas que permiten el arbitraje regulatorio. Las voces de la industria argumentan que una regulación excesivamente restrictiva asfixiaría la innovación y empujaría la actividad al extranjero. Esa tensión configura el debate global sobre cómo equilibrar la estabilidad financiera con el progreso tecnológico.
Los líderes de la industria y algunos expertos rechazaron el tono y las medidas propuestas por el FMI. Amanda Fischer de Better Markets en septiembre de 2025 calificó a las stablecoins como “una solución en busca de un problema”, reflejando un escepticismo más amplio entre algunos defensores de la protección del consumidor. El sector replicó que para millones en economías golpeadas por la inflación, las stablecoins funcionan como un almacén de valor práctico y un canal de menor costo para pagos transfronterizos y remesas.
Los proveedores reconocen los riesgos que describió el FMI y señalan las respuestas de la industria: auditorías de seguridad, prácticas de gestión de riesgos en evolución y atestaciones de reservas más transparentes. Los partidarios también destacan oportunidades de rendimiento dentro de las finanzas descentralizadas, donde los rendimientos citados por participantes del mercado van desde aproximadamente 4% hasta un 55% APY, y sostienen que las stablecoins pueden coexistir con las monedas digitales de bancos centrales en lugar de desplazarles.
El informe agudiza una encrucijada de políticas: normas estrictas y armonizadas para frenar el riesgo sistémico frente a regímenes más ligeros que preserven la innovación.
