Bitcoin cayó por debajo del nivel psicológico de $90,000 a finales de 2025, cayendo a aproximadamente $78,329.8 en una sola sesión, perdiendo aproximadamente el 7% de su valor. Una repentina reevaluación de las perspectivas del sector de la IA sacudió el apetito por el riesgo global, coincidiendo con una ola de ventas en el Nasdaq y fuertes pérdidas en las acciones vinculadas a las criptomonedas.
La ola de ventas comenzó después de que Oracle, el 11 de diciembre de 2025, publicara unas perspectivas de beneficios e ingresos que no cumplieron con las previsiones y apuntaron a un mayor gasto en infraestructura de IA. Esto, según los inversores, evidencia de que las inversiones en IA podrían no generar rentabilidad a corto plazo. Broadcom cayó alrededor de un 10% ese mismo día, lo que amplificó la preocupación en el Nasdaq, con una fuerte presencia tecnológica, que cayó más de un 2% y desencadenó una reacción generalizada de aversión al riesgo.
Esta aversión al riesgo se contagió rápidamente a los mercados de criptomonedas. Ether cayó alrededor de un 4,3%, hasta los 3.196,62 dólares, mientras que las empresas de criptomonedas que cotizan en bolsa sufrieron fuertes caídas: las acciones de Coinbase cayeron un 5,8% y las de Bitfarms, un 6,6%; MicroStrategy también registró fuertes descensos. El movimiento combinado eliminó un valor de mercado estimado de 130.000 millones de dólares en los sectores afectados, según los datos de mercado citados en la cobertura.
Los operadores institucionales y minoristas reaccionaron reduciendo su exposición a activos especulativos, lo que ejerció presión tanto sobre las criptomonedas como sobre las acciones de criptomonedas. Análisis técnico, contracorrientes macroeconómicas y posicionamiento de Bitcoin
Los análisis técnicos impulsaron la caída de Bitcoin
Los analistas de gráficos observaron un cruce de la muerte en noviembre-diciembre de 2025, un patrón bajista en el que la media móvil de 50 días cruza por debajo de la media móvil de 200 días; estos cruces suelen preceder a correcciones prolongadas. Los indicadores de impulso, incluido el RSI estocástico (una medida que compara el precio de cierre de un valor con su rango de precios a lo largo del tiempo), habían señalado condiciones de sobrecompra antes de la caída. Bitcoin rompió soportes sucesivos en 90.000, 88.000 y 85.000 $, cada ruptura activando órdenes de stop y ventas automáticas.
Los factores macroeconómicos intensificaron la tensión. El aumento de los rendimientos japoneses redujo la liquidez global y, junto con la renovada preocupación por los aranceles y la postura dividida de la Reserva Federal sobre los recortes de tipos, frenó la disposición de los inversores a mantener posiciones volátiles. La combinación de rupturas técnicas y el endurecimiento de las condiciones macroeconómicas confirió al episodio un carácter en cascada, aumentando la probabilidad de un desapalancamiento forzado entre los operadores apalancados.
El episodio destacó lo que algunos participantes del mercado describen como una combinación emergente entre las valoraciones de las acciones de IA y los precios de las criptomonedas, lo que generó alertas sobre una posible «triple burbuja» que involucra IA, criptomonedas y una sobrevaloración generalizada del mercado.
Los pronósticos citados en el mercado variaron considerablemente: Standard Chartered revisó el objetivo a corto plazo de Bitcoin a $100,000 (frente a los $200,000 anteriores), mientras que otros escenarios proyectaron correcciones más profundas, hasta aproximadamente $74,000 o por debajo de $50,000 para 2026. Estos resultados divergentes reflejan un posicionamiento polarizado y una elevada incertidumbre.
La caída por debajo de $90,000 expuso tanto la sensibilidad de Bitcoin a diferentes activos como la fragilidad de las posiciones altamente apalancadas o impulsadas por el sentimiento. Los participantes del mercado seguirán de cerca los resultados corporativos y las señales de política macroeconómica.
