Binance reaccionó a una crisis con acciones que muchos interpretaron como un rescate, mientras líderes DeFi y analistas las leen como una jugada calculada que empuja la centralización. Estos episodios lastiman a traders, a los proyectos listados y a la percepción de los reguladores sobre el cripto espacio, intensificando el escrutinio y las dudas sobre gobernanza.
El debate gira en torno a la figura de Changpeng Zhao (CZ), cuya influencia y decisiones recientes han atraído usuarios y liquidez, pero también críticas por riesgo de dependencia. CZ encarna dos relatos opuestos: durante una ola de liquidaciones, Binance repartió 45 millones de dólares en BNB, y los beneficiarios lo leyeron como ayuda inmediata.
En paralelo, la cuenta oficial de BNB Chain en X fue hackeada y CZ avisó en público: “stay SAFU” y revisen la barra de direcciones. El mensaje buscó contener el daño reputacional y recordar medidas básicas de seguridad en medio de la confusión.
Al mismo tiempo, la empresa lanzó Binance Alpha para estrenar tokens DeFi (HOME, SKATE, XPL, AB, RDO), integró en la app el mini programa de Venus Protocol y ofreció Binance Wallet y Wrapped BNB para entrar a DeFi sin salir del exchange. Estas incorporaciones abren la puerta a nuevos activos y flujos de usuarios dentro de su propio ecosistema.
Opiniones cruzadas para BNB Chain
Las críticas señalan que CZ controla más del 50% del BNB existente, por lo que cada regalo en esa moneda podría subir el valor de su propio monto; añaden que cortes de luz y fallos técnicos explican parte de las indemnizaciones, alimentando sospechas sobre incentivos.
En ese clima, el token Aster facturó 14,33 millones en comisiones en 24 horas, con el 93% de su oferta en solo cinco billeteras y asesores ex Binance, lo que pone en duda la “descentralización” de algunos proyectos promocionados.
Los movimientos de CZ atraen usuarios y liquidez al instante —regalan dinero y suman activos—, pero también crean dependencia de una infraestructura bajo control de una empresa. Esta tensión entre alcance y control alimenta el debate sobre la centralización en el cripto espacio.
Los reguladores leen la secuencia como posible incumplimiento: la dimisión de CZ y el pacto penal con el Departamento de Justicia de EE. UU., que incluyó cuatro meses de cárcel, dejan consecuencias legales y de reputación visibles. En consecuencia, crece la incertidumbre entre inversores grandes y pequeños sobre gobernanza, transparencia y conflictos de interés.
La trayectoria de CZ y Binance mezcla avances técnicos y decisiones tácticas que fidelizan a los clientes, al tiempo que avivan el recelo de protocolos DeFi y supervisores. La pregunta abierta es si el sector podrá conservar la velocidad y el tamaño de plataformas como Binance sin sacrificar autonomía y cumplimiento, condiciones que evitan un colapso sistémico.