La propuesta de quema de tokens de Uniswap y el conmutador de tarifas del protocolo obtuvieron una aprobación casi unánime, remodelando el diseño económico de UNI. La votación de gobernanza aprobó una quema única de 100 millones de UNI y activó un conmutador de tarifas del protocolo, cambios que apuntan a vincular los ingresos del protocolo directamente con la escasez y el valor del token.
La votación de gobernanza registró cerca de 125 millones de UNI a favor y 742 votos en contra, logrando aproximadamente un 99,9% de aprobación y superando cómodamente el cuórum requerido de 40 millones de UNI. La quema única aprobada retirará 100 millones de UNI del tesoro del protocolo, reduciendo la oferta en circulación en un estimado del 16%.
El conmutador de tarifas redirigirá una porción de las comisiones de negociación de los pools de Uniswap v2 y v3 —y potencialmente las comisiones netas de secuenciador de Unichain— a un mecanismo de quema permanente. Ambas medidas están programadas para entrar en vigor tras un timelock estándar de dos días.
Al convertir las comisiones del protocolo en quemas de tokens, la propuesta vincula explícitamente el uso de la red con la presión deflacionaria sobre UNI, moviendo el token hacia un modelo de acumulación de valor en lugar de ser únicamente un instrumento de gobernanza. Los comentarios del mercado y las estimaciones citadas en la discusión de gobernanza proyectaron posibles valores de quema anuales en el rango de $500 millones–$800 millones, cifras que sustentaron el interés comprador antes de la votación.
Implicaciones económicas y reacción del mercado
El precio de UNI mostró ganancias notables en anticipación a la decisión, reflejando posicionamiento especulativo y una reevaluación de la dinámica de oferta a largo plazo.
Las implicaciones para los poseedores y el sector DeFi en general son dos. Para los poseedores de UNI, las quemas continuas impulsadas por las comisiones crean un canal económico directo desde la actividad del DEX hacia la escasez del token, lo que puede apoyar una apreciación sostenida si los volúmenes de negociación se mantienen altos.
Para los proyectos de finanzas descentralizadas, la votación establece un precedente de gobernanza para convertir los ingresos del protocolo en valor para los tenedores mediante ingeniería tokenómica.
El cambio de diseño alinea los incentivos entre la actividad del protocolo y los resultados para los poseedores, pero los resultados dependen de la ejecución y de la generación sostenida de comisiones. Si el volumen de negociación o los ingresos por comisiones quedan por debajo de las proyecciones, la tasa prevista de reducción de la oferta se ralentizará, limitando el impacto deflacionario.
Por el contrario, el poder de voto concentrado durante las decisiones de gobernanza puede generar preocupaciones sobre la descentralización y el riesgo de decisiones a largo plazo para algunos participantes. El timelock de dos días proporciona un breve período para que las partes interesadas e integradores se preparen para los cambios en el estado de los contratos.
La votación de gobernanza aprobó una quema de 100 millones de UNI y activó un conmutador de tarifas del protocolo que dirigirá los ingresos futuros por comisiones a quemas continuas de tokens; ambos entran en vigor tras el timelock de dos días.
