La Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) ha presentado cargos contra una red criminal que operaba mediante plataformas comerciales ficticias. Este grupo coordinado ejecutó una estafa de criptomonedas con IA que afectó a cientos de inversores minoristas, defraudando más de 14 millones de dólares. Según Laura D’Allaird, jefa de la Unidad de Cibertecnología y Tecnologías Emergentes de la SEC, los estafadores utilizaron narrativas tecnológicas avanzadas para atraer a sus víctimas de forma efectiva.
El esquema se apoyaba en el uso intensivo de publicidad en redes sociales y grupos de mensajería privada. Los delincuentes promovían supuestos clubes de inversión que ofrecían consejos financieros generados por algoritmos inteligentes para ganar credibilidad. De este modo, los atacantes simulaban ser profesionales del sector financiero en chats de WhatsApp para manipular las decisiones de los usuarios. Asimismo, la estafa de criptomonedas con IA dirigía a las personas hacia plataformas fraudulentas como Morocoin Tech Corp. y Berge Blockchain recientemente.
A pesar de las promesas de altos rendimientos, los reguladores confirmaron que no se realizaba ninguna actividad comercial real. Las investigaciones señalan que los fondos depositados por los usuarios eran desviados inmediatamente a cuentas en el extranjero de manera ilegal. Además, las plataformas falsas exigían tarifas adicionales cuando las víctimas intentaban retirar su dinero para seguir robando capital. Por lo cual, la red de billeteras digitales facilitaba el lavado de los activos robados de forma sistemática durante meses.
Así operaban los falsos clubes de inversión para engañar a los inversores tradicionales
Los denominados «clubes de inversión» funcionaban como el primer punto de contacto para captar a los ahorradores menos experimentados. Mediante el uso de términos técnicos complejos y promesas de seguridad, los estafadores lograban construir un vínculo de confianza con sus víctimas potenciales. Por otro lado, la estafa de criptomonedas con IA incluía la oferta de «Security Token Offerings» (STO) totalmente ficticios en estas comunidades. Así pues, el engaño se expandía mediante testimonios falsos dentro de los propios grupos de WhatsApp cada día.
La SEC identificó entidades como AI Wealth Inc. y Zenith Asset Tech Foundation como los principales motores de captación. Estos grupos operaron de manera coordinada durante al menos un año antes de ser detectados por las autoridades federales. Por ende, la sofisticación del fraude complicó la recuperación inmediata de los activos desviados a otras jurisdicciones internacionales. Sin embargo, la acción judicial busca imponer sanciones civiles y la devolución íntegra de los intereses devengados por este esquema fraudulento.
¿Qué impacto tendrá este caso en la regulación actual de los activos digitales?
El descubrimiento de este fraude masivo coincide con un periodo de transición en la política de cumplimiento del regulador estadounidense. Bajo la nueva administración, se ha observado una reducción en las acciones de cumplimiento directo contra empresas legítimas del sector digital. No obstante, este caso demuestra que la vigilancia sobre esquemas de fraude directo sigue siendo una prioridad absoluta para el organismo federal. Además, el uso de la criptomoneda como vehículo para el robo refuerza la necesidad de auditorías más rigurosas.
El organismo regulador busca ahora órdenes judiciales permanentes para evitar que estas entidades vuelvan a operar en el mercado. Se espera que la cooperación internacional sea fundamental para rastrear los capitales que fueron enviados fuera de las fronteras nacionales. De este modo, el futuro de la protección al inversor dependerá de la capacidad de respuesta ante fraudes tecnológicos híbridos. Finalmente, el caso resalta la importancia de verificar siempre la licencia de cualquier plataforma antes de realizar una inversión significativa hoy.
