BNB cotiza por debajo de los $900, moviéndose en un rango observado de $836,55 a $892 a finales de noviembre de 2025 en un entorno de uso intensivo pero con señales internas preocupantes. El principal token del ecosistema enfrenta una caída sostenida de la actividad de desarrollo al tiempo que se anuncian próximas actualizaciones de red, un cruce que condiciona su trayectoria y utilidades futuras.
El ecosistema muestra actividad de usuarios muy elevada, con 19,1 millones de usuarios activos semanales y un récord de 3,6 millones de direcciones activas, lo que confirma una base amplia y participativa. El volumen de transacciones se ha cuadruplicado desde mediados de 2025, impulsado por el comercio de memecoins y posiciones en perpetuos, mientras episodios de alta rentabilidad han alimentado la demanda por operaciones rápidas y de bajo coste.
Al mismo tiempo, el interés abierto onchain se mantiene estable y existen señales de acumulación cerca del soporte de $900, lo que sugiere que parte del mercado conserva confianza en los niveles actuales.
Paralelamente, la actividad de desarrollo ha mostrado un deterioro marcado: en junio de 2025 se registró una caída del 85% en el compromiso de desarrolladores y una reducción del 34,77% en despliegues diarios de contratos inteligentes. La creación de nuevas direcciones retrocedió un 57% desde finales de septiembre, y las transacciones diarias se redujeron aproximadamente un 50%, con una disminución de 9,9 millones hasta situarse cerca de 21,4 millones.
Esta combinación —uso elevado pero menos proyectos nuevos y menos despliegues— plantea un riesgo de dependencia excesiva en aplicaciones especulativas y menor resiliencia frente a cambios de mercado.
BNB: actividad onchain y comportamiento de los usuarios
La divergencia entre métricas de uso y métricas de desarrollo convierte a BNB en un caso paradigmático: la red sigue siendo útil y atractiva para traders y usuarios, pero la fuga o desinterés de desarrolladores puede limitar la innovación necesaria para diversificar casos de uso y mejorar la infraestructura. Históricamente, las actualizaciones de protocolo han sido impulsores de revalorización del token; un ejemplo reciente fue el máximo de $1.111 alcanzado en octubre de 2025, asociado a mejoras de la red.
En este contexto, la gobernanza mediante el BNB token y la BNB Beacon Chain adquiere relevancia, al ofrecer un mecanismo para decidir propuestas y orientaciones técnicas.
Para usuarios y operadores, la situación implica oportunidades de liquidez y trading a corto plazo, pero también una mayor exposición a eventos idiosincráticos del ecosistema. Para desarrolladores y proyectos, la caída en el ritmo de despliegues señala una posible contracción de incentivos; la atracción de talento dependerá de medidas concretas que mejoren herramientas, financiación e incentivos para construir sobre la red.
Desde la perspectiva de inversores institucionales, la continuidad de la demanda dependerá de la capacidad del ecosistema para transformar el uso especulativo en adopción de aplicaciones sostenibles.
BNB enfrenta el reto de convertir su elevada actividad de usuario en un ciclo de innovación sostenida, y la recuperación o estabilización de la comunidad de desarrolladores será clave para mantener el valor a medio plazo.
