Un informe reciente de The Kobeissi Letter revela que múltiples clases de activos, desde Bitcoin hasta el oro y las acciones, están experimentando un alza simultánea. Este fenómeno inusual no responde a una bonanza económica, sino al creciente debilitamiento del dólar estadounidense, que pierde la confianza de los inversores a un ritmo acelerado. La situación ha sido descrita como un pánico monetario en cámara lenta.
Los datos duros reflejan una realidad alarmante para la divisa norteamericana. El dólar no solo ha perdido un 40% de su poder adquisitivo desde 2020, sino que además se encamina a su peor desempeño anual desde 1973. Mientras tanto, otros activos celebran récords. El oro ha alcanzado 40 máximos históricos durante 2025, y la plata ha visto un impresionante aumento superior al 60% en su valor.
Este comportamiento desafía la lógica tradicional de los mercados, donde los activos de riesgo y los de refugio seguro suelen moverse en direcciones opuestas. La correlación entre el oro y el S&P 500, por ejemplo, alcanzó un récord de 0.91, indicando que se movieron casi al unísono. Este escenario sugiere que los inversores no están rotando capital, sino huyendo de la devaluación del dólar.
Implicaciones de un dólar débil
La relevancia de este evento es monumental para la economía global. Según el comentarista de mercado Shanaka Anslem Perera, no estamos ante un mercado alcista, sino frente a una «ilusión de prosperidad». El aumento generalizado de precios no significa una creación de riqueza real, sino que refleja el colapso del poder adquisitivo del dólar. Para los inversores, esto implica una reevaluación urgente de sus estrategias.
El impacto en el mercado cripto es igualmente notable. Bitcoin ha superado la barrera de los 125,000 dólares, consolidándose como uno de los activos preferidos para proteger el capital. El actual debilitamiento del dólar estadounidense actúa como un catalizador, forzando a los participantes del mercado a buscar refugios de valor más allá de los instrumentos financieros tradicionales, lo cual beneficia a los activos descentralizados.
La situación actual es un claro indicativo de que los inversores se están preparando para un cambio fundamental en el sistema financiero. En lugar de celebrar el crecimiento, el mercado está enviando una señal de alerta sobre la estabilidad del dólar. Las perspectivas futuras apuntan a una continua búsqueda de activos alternativos mientras persista el debilitamiento del dólar estadounidense.