La autoridad financiera global elevará la supervisión sobre el crédito privado y las stablecoins ante riesgos sistémicos crecientes. El mercado de crédito privado, valorado en torno a $1,7 billones, y el auge de monedas estables han motivado investigaciones y recomendaciones regulatorias en varias jurisdicciones. Las preocupaciones se centran en la opacidad y la interconexión del crédito privado y en vulnerabilidades estructurales de modelos de stablecoins, con el objetivo de mitigar riesgos de liquidez, sustitución de moneda y contagio.
El mercado de crédito privado ha crecido con rapidez y ahora representa una fuente significativa de financiación fuera del sistema bancario tradicional. El crédito privado es la financiación directa a empresas por fondos no bancarios, que suele incluir deuda sindicada, préstamos directos y estructuras híbridas.
Una revisión del Gobierno de Estados Unidos a cargo de la oficina de la contabilidad federal (GAO), impulsada por el Congreso, examina cómo la expansión del sector puede amplificar la transmisión de riesgos a la economía real, y se espera un borrador del informe esta primavera.
Moody’s Ratings advierte sobre prácticas que ocultan apalancamiento efectivo, el auge de deuda con pago en especie (PIK) y la erosión de convenios contractuales, factores que reducen colchones para los inversores en escenarios de estrés y aumentan el riesgo de refinanciación.
En Australia, el regulador ASIC ha abierto investigaciones sobre gestores de crédito privado centradas en la valoración de préstamos y la gobernanza, motivadas por la entrada de inversores de alto patrimonio y minoristas en mercados antes reservados. Esta expansión al público general aumenta la necesidad de normas de información y de supervisión para evitar pérdidas concentradas y riesgos de contagio fuera del perímetro regulatorio bancario.
Stablecoins y riesgos macroprudenciales
El FSB y el ESRB han señalado la amenaza de modelos multilocales de emisión “third country multi‑issuer”, donde reservas y emisión se separan entre jurisdicciones, lo que puede crear desajustes de liquidez y exposición a pasivos en el extranjero.
El Comité de Política Financiera del Banco de Inglaterra advirtió sobre la gestión inadecuada de reservas que podría provocar ventas forzosas y distorsiones de mercado, y criticó la emisión privada de stablecoins por bancos, privilegiando la digitalización regulada de depósitos bancarios como alternativa.
En EE. UU., el debate legislativo sobre un marco para stablecoins —incluida la llamada GENIUS Act— enfrenta críticas por permitir inversiones riesgosas de emisores si no se imponen requisitos de capital y liquidez más estrictos; grupos como la NCRC piden una moratoria sobre solicitudes de carta nacional de fiduciaria hasta disponer de normas completas.
Las medidas anunciadas y las investigaciones en curso apuntan a una mayor carga regulatoria para gestores de crédito privado y emisores de stablecoins, con exigencias de transparencia, reservas y controles de gobernanza.
La atención supervisora combinará revisiones nacionales (GAO, ASIC) y recomendaciones internacionales (FSB, ESRB, Comité de Basilea) destinadas a cerrar brechas regulatorias. Próximo hito: publicación del borrador del GAO esta primavera, que podría impulsar medidas legislativas y ajustes regulatorios adicionales. Relacionado: Informe preliminar del GAO sobre riesgos del crédito privado.
