El oro cerró en 3.789 dólares el 23 de septiembre de 2025, su valor más alto registrado, mientras que se espera que el Bitcoin vuelva a subir antes de fin de año. Esta es una cuestión relevante para quienes operan entre ambos activos es que se encuentran en tendencia alcista. Un desfase estable daría una referencia de tiempo para entradas o coberturas.
La hipótesis no parte de una simple especulación: existe una correlación que vale la pena analizar. El oro alcanzó un máximo histórico y, semanas después, Bitcoin registró un pico similar hacia mediados de noviembre. Este desfase temporal despierta el interés de los analistas, aunque con reservas.
Oro y Bitcoin: una correlación frágil pero sugerente
La relación, sin embargo, no está blindada frente a factores externos. Normas regulatorias, cambios en protocolos o shocks macroeconómicos pueden romper fácilmente la cadencia.
Un ejemplo claro ocurrió en el verano de 2021, cuando la represión de China sobre los exchanges interrumpió por semanas la sincronía entre Bitcoin y el oro.
A esto se suma una complicación adicional: el Wrapped Bitcoin (WBTC), token de BTC en Ethereum usado en protocolos de préstamo y trading, llegó a marcar un récord de 111.503,98 dólares el 22 de mayo de 2025, lo que introduce matices en la comparación.
De repetirse un desfase de ocho semanas, un inversor podría intentar comprar Bitcoin tras un pico en el oro. Pero la regla es endeble: basta una noticia regulatoria para que desaparezca.
Los escenarios posibles incluyen el desarrollo de más modelos cuantitativos basados en esta señal, estrategias que se ajusten en exceso al retraso —con pérdidas inevitables cuando falle— y el riesgo latente de que un cambio normativo rompa la secuencia.
El oro alcanzó los 3.789 dólares el 23 de septiembre de 2025, y el WBTC su máximo en mayo; falta todavía verificar este eco con series de alta frecuencia. Hasta entonces, la señal debe tratarse con cautela: útil como referencia tentativa para entradas o coberturas, pero siempre vulnerable a factores externos.