La reapertura del gobierno de Estados Unidos tras el acuerdo en el Senado el 10 de noviembre de 2025 reactivó la maquinaria regulatoria y con ella la posibilidad de acelerar las aprobaciones de ETF cripto.
El cierre temporal del aparato federal bloqueó decisiones regulatorias clave y generó una acumulación de solicitudes pendientes; con la reapertura, la SEC puede retomar revisiones que habían quedado en espera. Entre las modificaciones procesales destacadas están la adopción de estándares genéricos de listado y la propuesta de sustituir las presentaciones 19b‑4 por un único registro S‑1, pasos que, según fuentes citadas, podrían reducir los plazos de aprobación a entre 20 y 75 días.
El 29 de julio de 2025 la SEC autorizó además las creaciones y reembolsos “in‑kind” para ETPs de cripto, alineando su mecánica con la de los ETFs de commodities; in‑kind permite intercambiar activos reales en lugar de efectivo durante el proceso de creación o redención, reduciendo fricciones operativas.
La lista del DTCC con 11 productos vinculados a XRP indica que la infraestructura de negociación está lista y puede minimizar los retrasos tras una aprobación formal. No obstante, la SEC ha mostrado cautela en el pasado y algunas aprobaciones o pausar revisiones evidencian que la simplificación administrativa no garantiza el visto bueno automático.
Mercado de ETF, flujos y activos a vigilar
El antecedente de enero de 2024 —cuando se aprobaron 11 ETFs spot de Bitcoin— demostró la capacidad de estos vehículos para atraer capital institucional: casi $1.000 millones en entradas iniciales y un efecto positivo en precios. En la reacción más reciente, Bitcoin subió más del 3% en 24 horas hasta recuperar $105.000, Ethereum ganó más del 5% situándose cerca de $3.622 y XRP y Solana registraron movimientos de alrededor del 6%, con picos puntuales del 10% en XRP impulsados por mayor volumen y actividad en futuros.
Históricamente, el fin de cierres gubernamentales ha coincidido con fuertes rallies —por ejemplo, una subida cercana al 300% de Bitcoin en los cinco meses posteriores al cierre de 2018‑2019—, pero esas comparaciones no garantizan replicación.
El pipeline de altcoins muestra señales claras de institucionalización: XRP aparece con 11 productos en el DTCC y lanzamientos recientes —Canary Capital captó casi $250 millones en su debut—; Solana suma 23 solicitudes y estrenos de ETFs con staking (REX‑Osprey atrajo $12 millones el primer día); Dogecoin y Litecoin cuentan con múltiples filings y probabilidades de aprobación estimadas por analistas de mercado.
El marco del Investment Company Act de 1940 (’40 Act) ofrece una vía más rápida para ciertos fondos indexados o estructurados; este marco permite una comercialización más expedita cuando los fondos invierten en activos ya regulados o contratos de futuros. Para traders y gestores, la principal implicación operativa es el aumento de liquidez y la posible rotación de capital desde BTC hacia altcoins con envoltorios regulatorios, lo que puede reducir spreads y alterar dinámicas de funding y basis. También existe el riesgo de que la llegada de apalancamiento institucional amplifique movimientos de precios a ambos sentidos.
La reapertura del gobierno estadounidense ha reactivado un proceso regulatorio capaz de acelerar la llegada de ETF cripto y atraer miles de millones en liquidez; el efecto será mayor si la SEC implementa plenamente sus cambios procedimentales.
