Una red de exalumnos de Princeton, apodada la “Princeton Mafia”, está empujando la ola de tesorerías digitales. Sus miembros aplican tácticas de Wall Street para acumular Bitcoin y Ethereum, alterando cómo empresas e inversores institucionales guardan reservas. El cambio impacta a tesorerías corporativas, gestores de fondos y reguladores.
La “Princeton Mafia” reúne a Mike Novogratz, Dan Morehead y Joseph Lubin, y ha extendido las Digital Asset Treasuries (DAT) mediante un ciclo en el que captan capital, compran criptoactivos y reinvierten. Las DAT son balances que incluyen criptoactivos como parte de la tesorería, abriendo una nueva vía para gestionar reservas.
Ethereum ha ganado uso por su diseño Proof-of-Stake y por generar rendimiento vía staking, lo que lo hace especialmente atractivo dentro de estas estrategias de tesorería.
¿Cuáles son las ventajas de optar por este tipo de economía?
Standard Chartered, afirma que tesorerías en Ethereum y Solana obtienen ingresos extra frente a Bitcoin. A pesar de ello, Bitcoin conserva el mayor volumen, con unos 160 000 millones de dólares en DAT basadas en BTC. La dinámica institucional se refleja en flujos de ETF, donde habrá entradas importantes a ETFs de Ethereum y momentos en agosto de 2025 en los que los flujos netos favorecieron a ETH sobre BTC.
Casos como HashKey, fondo digital de 500 millones, y BitMine figuran como ejemplos de adopción corporativa y de fondos dedicados a tesorerías. Una adopción institucional mayor de ETH podría elevar liquidez y demanda, mientras que el staking yield aporta a las tesorerías un retorno operativo.
De cara al cierre de 2025, se esperan cambios en precio y asignación. Proyecciones como la de Tom Lee, sitúan a Ethereum en el rango de 10 000 – 15 000 dólares para finales de 2025; si se cumple, reforzaría la tendencia de asignación institucional hacia ETH. La evolución de flujos de ETF y las decisiones regulatorias marcarán el siguiente capítulo.