La European Securities and Markets Authority (ESMA) está a punto de obtener amplios nuevos poderes para supervisar directamente exchanges y plataformas de trading de criptomonedas en toda la Unión Europea, según un borrador de reforma que busca centralizar la regulación y atajar la fragmentación de los mercados transfronterizos.
Durante años, el panorama regulatorio para los proveedores de servicios de cripto-activos en la Unión Europea ha estado dominado por 27 autoridades nacionales cada una aplicando reglas de forma ligeramente distinta. Bajo la normativa histórica Markets in Crypto‑Assets Regulation (MiCA), las empresas autorizadas en un Estado miembro podían ejercer en todo el bloque mediante “pasaportes”, pero la supervisión seguía siendo nacional. Este sistema ha alimentado la preocupación por el “arbitraje regulatorio”: firmas que se radican en jurisdicciones con supervisión menos estricta y actúan en toda la UE.
Ahora, la Comisión Europea está preparando un paquete legislativo clave que ampliará la competencia de ESMA para cubrir no solo los mercados financieros tradicionales sino también los grandes exchanges de criptomonedas, plataformas de trading y estructuras de post-negociación. Según la propuesta, ESMA recibiría el poder de supervisión directa sobre plataformas críticas y transfronterizas —lo que implica que podrá dictar decisiones vinculantes, resolver disputas entre autoridades nacionales y garantizar una supervisión uniforme de entidades paneuropeas. Este cambio pretende reforzar la protección al inversor, reducir duplicaciones regulatorias y hacer que los mercados de capital europeos sean más competitivos a nivel global.
De la supervisión fragmentada a un supervisor unificado del cripto
Los defensores de la reforma sostienen que es una medida necesaria: grandes entidades cripto operan más allá de fronteras y un supervisor único como ESMA podría simplificar licencias, reducir costes de cumplimiento y mejorar la previsibilidad regulatoria. Un alto funcionario europeo señaló que “Europa necesita una SEC europea” que rivalice con la infraestructura del mercado de EE.UU. Sin embargo, los críticos advierten que centralizar el poder puede acarrear una burocracia pesada y poco adaptada a las particularidades locales. Los países más pequeños temen perder competencia supervisora nacional y que una regulación uniforme estrangule la innovación.
Para la industria del cripto, la reforma ofrece una combinación de oportunidades y riesgos. Por un lado, un régimen armonizado podría reducir la fragmentación y facilitar la expansión transfronteriza. Por otro lado, las plataformas podrían enfrentarse a una supervisión más exigente, cargas de cumplimiento más altas y una regulación menos flexible. El borrador de diciembre definirá, entre otras cosas, los umbrales —como volumen de negocio o actividad internacional— que activarán la supervisión directa de ESMA. De aprobarse, el nuevo marco podría entrar en vigor hacia 2026.
En conclusión: la ampliación de los poderes de ESMA representa un punto de inflexión en la regulación de exchanges cripto en Europa —pasando de la supervisión nacional a un modelo centralizado.
