Kerrisdale Capital publicó un informe que cuestiona la viabilidad de la estrategia de tesorería en Ethereum de Bitmine Immersion Technologies (BMNR), la firma que Tom Lee condujo desde la minería de Bitcoin hacia la acumulación de ETH. El reporte desencadenó una caída rápida del precio de la acción y de la confianza de ciertos inversores, elevando la atención del mercado sobre el modelo corporativo de la compañía.
El asunto interesa a quienes poseen acciones de BMNR, a los grandes tenedores de ETH y a quienes estudian modelos sustentados en reservas de criptoactivos, dado que la empresa ha convertido la acumulación de Ethereum en su actividad principal, con implicaciones para valoración, liquidez y gobierno financiero.
Del minado por inmersión a la acumulación de ETH
Kerrisdale cuestiona la “estrategia de tesorería en Ethereum” de BMNR y señala que la compañía ha orientado su negocio hacia comprar y mantener ETH. El informe sostiene que BMNR financia esas compras mediante emisiones de acciones, creando un circuito que no se apoya en flujos operativos convencionales sino en una prima especulativa. En esa línea, Kerrisdale califica la práctica como “perseguir un modelo en vías de extinción”.
Los números que circulan en el informe y en los comunicados posteriores indican que BMNR habría reunido unos ~2,83 millones de ETH y que su tesorería total en cripto y efectivo rondaría los ~13 400 millones de dólares, cifras que explican la atención del mercado.
Las operaciones mencionadas abarcan una colocación privada por 250 millones, un programa de recompra de acciones por 1 000 millones y una solicitud para captar 2 000 millones adicionales destinados a comprar más ETH; esos movimientos han provocado saltos bruscos en la cotización, con subidas fuertes y caídas pronunciadas tras cada anuncio.
Kerrisdale concentra su crítica en riesgos que, de concretarse, afectarían la liquidez, la dilución y la valoración de BMNR, en un contexto marcado por la volatilidad de los criptoactivos y la sensibilidad del mercado a nuevas emisiones.
Por un lado, existe el riesgo de mantener grandes reservas de un criptoactivo expone el balance a la alta volatilidad de ETH. Así como también cierto riesgo de financiación, ya que depender de emisiones de acciones para comprar activos puede diluir a los accionistas y generar ciclos reflexivos.
El cambio de la minería por inmersión a la gestión de tesorería centralizada altera la naturaleza de los ingresos esperados.
El próximo punto a vigilar es el trámite y posible ejecución de la solicitud para levantar 2 000 millones y comprar más ETH. El resultado servirá de prueba para la viabilidad del modelo que Kerrisdale cuestiona y determinará en gran medida si la estrategia logra mantener la confianza del mercado fuera del terreno especulativo.