El dinero colocado en fondos cotizados de Bitcoin y Ethereum ya supera la cifra total de 2024, lo que sugiere que los grandes inversores prefieren un producto regulado y fácil de comprar. Esa preferencia desplaza parte del volumen desde mercados spot y de derivados, reordenando la liquidez y el riesgo para quienes operan al contado o con apalancamiento.
El flujo hacia ETF de BTC y ETH refleja una preferencia por la exposición regulada y sencilla, que quita trabas a inversores tradicionales y mueve volumen desde los mercados spot y derivados hacia fondos gestionados. Como resultado, la liquidez en exchanges al contado y la profundidad de sus libros de órdenes se ajustan.
La influencia sobre precios y volatilidad depende del patrón de entradas: si el dinero entra de forma constante, ejerce presión compradora estable sobre el precio de referencia; si las entradas son breves, pueden revertirse y provocar rotaciones rápidas entre spot y derivados. El foco del titular está en la duración del flujo, no solo en la cantidad actual.
Las claves para las mayores inversiones en Bitcoin y Ethereum
Cuando los inversores optan por ETF, cambian el open interest y el basis entre futuros y spot, lo que altera el funding en plataformas de derivados por la redistribución del riesgo. Los usuarios apalancados enfrentan mayor peligro de liquidación cuando funding y skew se mueven, por lo que conviene seguir esos indicadores mientras el dinero siga entrando a ETF.
Si la demanda se mantiene y sostiene precios altos, los mineros ven mejores ingresos, lo que puede traducirse en mayor hashrate y ajustes de dificultad, métricas que determinan cuántos bloques se minan y refuerzan la red.
La concentración de activos en fondos gestionados aumenta la dependencia de administradores y de sus procesos de creación y reembolso. En una salida masiva, la liquidez real del activo y la capacidad de las gestoras para entregar o recomprar participaciones decidirán si el mercado funciona sin fricciones.
La pregunta ahora es cuánto durará el efecto. La recomendación práctica es vigilar si siguen llegando fondos a los ETF y observar los indicadores de derivados y de la red, porque de ello depende que el efecto se afiance o se esfume.