El mercado de stablecoins recibió $46.000 millones netos entre enero y marzo, desplazando liquidez hacia dólares digitales y modificando cómo traders, custodios e instituciones financian operaciones. Tether (USDT) captó $19.600 millones, seguida por USDC con $12.300 millones y la stablecoin sintética USDe con $9.000 millones. Estas cifras muestran un reordenamiento de la disponibilidad de efectivo digital y de la calificación de riesgo del ecosistema.
El total de stablecoins alojadas en redes presenta una distribución desigual: Ethereum aloja $171.000 millones, Tron guarda $76.000 millones, y Solana, Arbitrum y BNB Chain suman $29.700 millones.
A pesar de los ingresos, la actividad on chain baja: las direcciones activas mensuales disminuyeron 22,6 % y el volumen de transferencias cayó 11 %, lo que se puede interpretar como un paso de operar intradía a mantener stablecoins como reserva.
¿Por qué se dieron las condiciones para este crecimiento de stablecoins?
El crecimiento coincide con marcos de regulación más estrictos: el proyecto GENIUS Act en Estados Unidos y las advertencias del FMI y J.P. Morgan Global Research, que estima que el mercado puede alcanzar los $500.000 – 750.000 millones.
Por un lado, Binance acumula reservas récord de stablecoins, lo que aumenta la concentración de liquidez bajo un único exchange. También se da que hay mayores reservas en exchanges, las cuales suministran poder de compra para activos de riesgo.
El aumento de modelos sintéticos con rendimiento, como USDe, introduce riesgo de contrapartida. Ethereum conserva el grueso, pero Solana y otras cadenas atraen volumen y diversifican los rails de liquidación.
Los proyectos de ley y la concentración en exchanges elevan la probabilidad de requisitos de capital, auditoría y KYC/AML más rígidos.
El ingreso masivo de capital a stablecoins reconfigura la liquidez y la gobernanza del mercado cripto. El factor a seguir es la evolución del marco regulatorio —por ejemplo, la aprobación del GENIUS Act— y el nivel de reservas en exchanges, que fijarán el grado de supervisión y los límites operativos durante los próximos trimestres.