El 13 de nov. de 2025 la Czech National Bank (CNB) compró directamente Bitcoin en una operación piloto de $1 millón, convirtiéndose en el primer banco central que adquiere la criptomoneda. La transacción forma parte de un portafolio experimental que también incluyó un stablecoin en dólares y un depósito tokenizado, diseñado para comparar operativa y riesgos. El movimiento es observado por reguladores, tesorerías institucionales y mercados de criptoactivos que vigilan precedentes en gestión de reservas.
La compra fue presentada por la CNB como un experimento controlado: un piloto de $1 millón dentro de un “portafolio de prueba” destinado a estudiar la gestión de activos digitales y las diferencias operativas entre Bitcoin, stablecoins y depósitos tokenizados. El gobernador Aleš Michl había promovido en enero de 2025 un estudio formal sobre la viabilidad de Bitcoin como activo de reserva, y la compra refleja la materialización de esa investigación en una prueba práctica. El CNB inició el piloto con un horizonte de observación de 2–3 años para recabar datos operativos y de riesgo.
La escala de la operación —limitada a $1 millón— subraya su carácter experimental y no busca influir en precio ni liquidez global; su valor reside en las lecciones operativas y de custodia que obtenga el banco. El paso del CNB contrasta con la orientación de otros emisores europeos hacia CBDC o monedas digitales controladas y actúa como posible precedente para bancos centrales que consideren incluir activos descentralizados en sus tesorerías.
El impacto de la compra de Bitcoin por parte de la CNB
Aceleración de pruebas internas: otros bancos centrales podrían replicar pilotos para evaluar procesos de custodia, reconciliación y gobernanza en la gestión de activos digitales.
Limitado impacto en liquidez: el tamaño reducido minimiza el riesgo de distorsión del mercado spot y refuerza la lectura de que se trata de una prueba operativa.
Señal para tesorerías corporativas: la inclusión en un portafolio oficial eleva la discusión sobre Bitcoin como activo de diversificación dentro de marcos institucionales.
Riesgo operativo y de custodia: la comparación entre Bitcoin, stablecoins y depósitos tokenizados resaltará diferencias en custodia, exposición a contrapartes y dependencia de custodios externos.
Como hito verificable, el CNB ha fijado el periodo experimental en 2–3 años desde la compra, plazo en el que evaluará operacionalidad, riesgos y utilidad de estos activos para sus funciones de política monetaria y gestión de reservas. Los resultados marcarán si la experiencia permanece como prueba aislada o sirve de modelo replicable.
