BlackRock explora la tokenización de ETFs tras el impulso de su fondo de Bitcoin. La iniciativa podría cambiar la liquidez, los costes operativos y el acceso de los inversores, con implicaciones para gestores de activos, bolsas con capacidad de tokenización y reguladores. BlackRock ya opera el fondo tokenizado BUIDL con más de $2.000 millones en AUM.
Contexto e impacto
La propuesta de tokenizar ETFs surge después del avance del fondo de Bitcoin de BlackRock, de acuerdo con la información recogida por Jina. La tokenización transforma derechos sobre activos tradicionales en tokens en una cadena de bloques, y en este caso se vincula directamente con la intención estratégica del grupo.
Según la respuesta, la tokenización ofrece liquidación más rápida y mayor transparencia. La ventaja operativa principal es la reducción de intermediarios, de modo que las transacciones pueden asentarse en minutos frente a los días habituales de los mercados tradicionales.
Beneficios y eficiencia operativa
La tokenización permite negociación 24/7 y facilita fraccionamiento y acceso global, ampliando en teoría la base de inversores. Estos beneficios se presentan en la explicación técnica incluida en la respuesta y se conectan con el objetivo de BlackRock de optimizar acceso y eficiencia. La reducción de costes operativos proviene de procesos más simples y asentamientos casi inmediatos. Este enfoque puede mejorar la liquidez de los instrumentos tokenizados y alinear a plataformas de negociación y custodia con flujos digitales más ágiles.
Riesgos y desafíos
La incertidumbre regulatoria persiste y los marcos legales varían por jurisdicción, lo que condiciona el ritmo de adopción. Existen desafíos tecnológicos y de ciberseguridad, junto con la interoperabilidad entre blockchains y la integración con sistemas legacy, que podrían limitar la escalabilidad si no se resuelven.
La ausencia de estándares comunes puede fragmentar los mercados tokenizados, reduciendo parte del beneficio esperado en eficiencia y acceso. Este punto refuerza la necesidad de coordinación entre industria, bolsas y reguladores.
La exploración de BlackRock sobre tokenizar ETFs consolida la convergencia entre gestión tradicional y activos digitales. El hecho verificado de que el grupo ya opera BUIDL con más de $2.000 millones en AUM aporta un punto de partida para futuras ampliaciones hacia ETFs tokenizados. Si bien el fenómeno apunta a un mercado potencialmente masivo —Larry Fink prevé hasta $19 billones en RWA tokenizadas para 2033, citado en la compilación—, la supervisión regulatoria y la estandarización serán decisivas para materializar los beneficios y mitigar riesgos.