Bitcoin cayó por debajo de los $110.000 y desencadenó liquidaciones por $524 millones. Los intercambios cerraron de forma automática operaciones con préstamo, originando pérdidas que obligan a recomponer el nivel de riesgo de traders e inversores institucionales. La cifra muestra el volumen de contratos de futuros y swaps que se saldaron en pocos minutos, y el daño adicional depende del nivel de préstamo de cada posición y de cuántas se agrupaban en el mismo rango de precio.
El cruce bajo la marca de $110.000 disparó la venta automática de posiciones apalancadas y sumó $524 millones en liquidaciones, evidenciando que una proporción notable del mercado operaba con deuda y quedó expuesta a un movimiento brusco.
El resultado inmediato es un aumento de la volatilidad en las próximas horas o días, porque los cierres forzosos empujan el precio más arriba o más abajo y rompen el equilibrio habitual entre compradores y vendedores.
La mayor parte del efecto se siente en derivados; futuros con mucho contrato abierto y posiciones que se financian con tasas periódicas sufren ajustes rápidos.
¿Por qué continúa bajando el Bitcoin?
Los fondos que amplifican rendimientos con préstamos o productos sintéticos ven cómo su efectivo disponible baja hasta que terminan de cerrar o de reubicar esas operaciones.
Para custodios y tesorerías corporativas, el episodio recuerda que el valor de activos sin apalancamiento también se mueve, aunque las reservas que no usan margen apenas sufren daño directo. El evento deja consecuencias que conviene vigilar, con efectos sobre el riesgo, la liquidez y el sentimiento que pueden condicionar la evolución a corto plazo.
Si el precio sigue cayendo o sube con fuerza, aparecen más cierres forzosos, y quien opera con margen puede perder más de lo invertido. Una ráfaga de liquidaciones de este tamaño endurece el ánimo inmediato y retrasa la llegada de capitales que esperan tranquilidad.
El mercado observará si Bitcoin recupera y mantiene valores por encima de $110.000, lo que quitaría presión a las posiciones apalancadas; si el retroceso se profundiza, podrían activarse nuevos cierres y aumentar la volatilidad. La evolución de la liquidez en derivados y el comportamiento del contrato abierto servirán para medir cuánto dura el impacto.