La Oficina del Contralor de la Moneda estadounidense (OCC) otorgó aprobaciones condicionales a varias firmas de activos digitales, marcando un avance significativo en la integración de las criptomonedas con el sistema bancario federal.
La Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) de Estados Unidos ha dado un paso importante al autorizar de manera condicional a cinco firmas vinculadas al ecosistema de activos digitales —incluidas Circle y Ripple— para establecer bancos nacionales de fideicomiso, lo que podría transformar la forma en que las empresas cripto operan dentro del marco financiero regulado.
Estas aprobaciones, anunciadas el 12 de diciembre de 2025, permiten a las empresas crear entidades que funcionarán bajo una carta bancaria federal en vez de múltiples licencias estatales, algo que históricamente se había limitado a gestores de activos e instituciones tradicionales. Circle, por ejemplo, recibió autorización para establecer el “First National Digital Currency Bank”, mientras que Ripple trabajará bajo el nombre “Ripple National Trust Bank”, entre otras entidades aprobadas.
Un paso histórico hacia la regulación bancaria de activos digitales
Los bancos fiduciarios nacionales no podrán aceptar depósitos o emitir préstamos tradicionales como un banco comercial típico, pero sí podrán ofrecer servicios de custodia de activos digitales, manejo de pagos y otros servicios financieros compatibles con blockchain. Esto les otorgará un único marco regulatorio federal, eliminando la necesidad de múltiples habilitaciones estatales y reduciendo complejidades operativas.
Para que estas entidades logren su habilitación completa, deben cumplir con requisitos adicionales de capital, gobernanza y gestión de riesgos dentro de un plazo establecido, y pasar una evaluación final por parte de la OCC antes de iniciar operaciones formales.
La medida forma parte de una estrategia más amplia impulsada por la actual administración para atraer y formalizar la presencia de empresas de criptomonedas en el sistema financiero regulado, promoviendo la claridad normativa y aumentando la confianza de clientes institucionales en activos digitales. El movimiento ha generado distintas reacciones: defensores ven un avance positivo hacia la adopción cripto, mientras que grupos bancarios tradicionales han criticado lo que perciben como una entrada de empresas no bancarias al sistema regulado sin las mismas cargas regulatorias que los bancos tradicionales.
