U.S. Bank ha iniciado un ensayo para emitir una stablecoin personalizada sobre la red Stellar, una iniciativa apoyada por PwC y la Stellar Development Foundation (SDF) que busca integrar dinero programable en un marco bancario regulado.
Stellar aporta características que responden a requisitos bancarios tradicionales: controles de KYC integrados, capacidad de congelar activos y mecanismos para deshacer o recuperar transacciones. KYC (conozca a su cliente) es el proceso de verificación de identidad de usuarios y entidades. Mike Villano, Senior Vice President y responsable de productos de activos digitales en U.S. Bank, resumió el enfoque institucional: «safety and control are non‑negotiable» —seguridad y control no son negociables—, posicionando estas funciones como condición previa para la integración.
En términos operativos, Stellar presenta métricas atractivas para tesoreros: registro de disponibilidad cercano al 99,99%, liquidación de transacciones en 3–5 segundos y comisiones mínimas, a menudo una fracción de un centavo de dólar. Esas características reducen fricción en pagos y remesas y alteran la ecuación de coste/velocidad frente a raíles legacy.
La experiencia regulatoria también ha influido. La aprobación de marcos legislativos recientes ha aportado mayor claridad sobre emisión y operación de stablecoins, facilitando que entidades reguladas exploren ensayos. PwC, socio del proyecto, ha destacado el potencial de las stablecoins para acelerar pagos internacionales y mejorar la gestión de liquidez en tesorerías corporativas.
Tecnología y cumplimiento: por qué Stellar interesa a la banca
La migración de stablecoins reguladas a Stellar ya cuenta con precedentes operativos: la expansión prevista de PayPal USD (PYUSD) a Stellar, sujeta a la aprobación del Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York (NYDFS), y lanzamientos previos de monedas reguladas en la red, como GYEN, ZUSD y EURC. Ese movimiento se interpreta como una validación de la utilidad de la plataforma para casos de uso a escala.
Más allá de eficiencia, el ensayo enfatiza inclusión y resiliencia financiera: las stablecoins pueden facilitar remesas y ofrecer refugio en entornos de alta inflación o inestabilidad, ampliando el acceso a servicios financieros básicos.
No obstante, la operativa introduce riesgos concretos para operadores y gestores: gestión de claves privadas, vulnerabilidades en contratos y tensiones de interoperabilidad con sistemas bancarios legacy aumentan la superficie de riesgo. El Banco Central Europeo ha expresado preocupaciones sobre efectos sistémicos del crecimiento acelerado de stablecoins, recordando la necesidad de vigilancia macroprudencial.
El ensayo de U.S. Bank en Stellar, apoyado por PwC y SDF, representa un paso deliberado hacia la tokenización bancaria con foco en control y cumplimiento; ofrece beneficios operativos claros pero obliga a gestionar riesgos tecnológicos y regulatorios.
