La aceleración en la aprobación y el diseño operativo de los crypto ETFs responde directamente a decisiones regulatorias concretas de la SEC y del IRS, que han reducido la incertidumbre y abierto la puerta a una mayor diversidad de productos. Crypto ETFs ahora incorporan mecanismos de creación/reembolso “in-kind”, nuevas exigencias de divulgación y un marco fiscal para staking que permiten a gestores institucionales ofrecer rendimiento sobre activos digitales.
La Comisión de Bolsa y Valores estadounidense (SEC) ha cambiado el ritmo de revisión y autorización de productos, aprobando estándares genéricos de listado para ETFs spot y recortando plazos de revisión que antes podían extenderse hasta 270 días a procesos de alrededor de 75 días bajo iniciativas internas, identificadas como parte de una estrategia que agiliza lanzamientos. Este ajuste reduce fricciones de tiempo y aporta mayor previsibilidad a la evaluación de nuevas propuestas.
La aprobación de los primeros 11 ETFs spot de Bitcoin en enero de 2024 marcó un punto de inflexión y desde entonces se ha acelerado la presentación de solicitudes para una gama más amplia de activos, consolidando una hoja de ruta de autorizaciones más dinámica y orientada al despliegue de productos spot.
Crypto ETFs: cambios operativos y trayectoria de aprobaciones
La puerta regulatoria también se ha abierto a ETFs que amplían la cesta de activos: hay solicitudes en evaluación para productos vinculados a XRP, Solana, Dogecoin, Litecoin, Cardano y Hedera, se registró la retirada de avisos de demora en varias propuestas y se han otorgado autorizaciones para incluir altcoins en índices administrados por gestoras como Hashdex.
La Administración Tributaria de EE. UU. (IRS), junto con el Tesoro, ha publicado orientaciones que reducen obstáculos fiscales para vehículos regulados que participan en staking. En noviembre de 2025 se emitió la Revenue Procedure 2025-31, que establece un safe harbor para que trusts cotizados y ETFs de cripto obtengan y distribuyan recompensas de staking sin efectos fiscales adversos al nivel del trust, siempre que la actividad sea pasiva, transparente y cumpla catorce requisitos operacionales, entre ellos la ejecución a través de terceros no vinculados.
La orientación aclara el tratamiento de las recompensas y de sus disposiciones posteriores: las recompensas se gravan como renta ordinaria cuando el inversor adquiere “dominion and control” sobre ellas, y las ganancias posteriores por disposición se tratarán como ganancia de capital. Este marco aporta claridad sobre el momento impositivo y la naturaleza del ingreso asociado al staking.
Estas reformas combinan exigencias de divulgación más estrictas sobre riesgos, custodio y transparencia diaria de cartera con requisitos operativos para staking y reporting fiscal, situando a los crypto ETFs dentro de marcos normativos próximos a los de fondos y ETPs tradicionales.
Las medidas de la SEC y del IRS han reducido barreras operativas y fiscales que limitaban la oferta de crypto ETFs, posibilitando una fase de expansión y diversificación de productos.
