Ripple cerró una ronda de capital de $500 millones en noviembre de 2025 que sitúa a la compañía en una valoración de $40.000 millones. La operación, liderada por Fortress Investment Group con participación estratégica de Citadel Securities, llega tras una revalorización significativa de XRP y repercute en inversores institucionales, mercados de criptoactivos y en la estrategia de tesorería de la empresa. El nuevo capital refuerza la capacidad de Ripple para acumular liquidez y ampliar sus iniciativas de producto.
La inyección coincide con un ciclo alcista de XRP: la capitalización de mercado del token se situó entre $90.000 millones y $120.000 millones en el tercer trimestre de 2025, con máximos de alrededor de $2,9 en diciembre de 2024, según el informe recopilado. El mercado también ha reaccionado a la expectativa de posibles ETFs de XRP —con menciones a BlackRock y probabilidades de aprobación elevadas en 2025—, junto con flujos de inversores institucionales y grandes poseedores (“whales”), factores que elevan la visibilidad y el apetito por el activo.
Ripple gestiona su oferta de XRP mediante un mecanismo de escrow con liberaciones mensuales: típicamente se desbloquean 1.000 millones de XRP al mes y parte se vuelve a bloquear, lo que permite modular la liquidez en el mercado. En términos de saldos, el documento recoge aproximadamente 36,4 millardos de XRP en escrow y 5 millardos en reservas líquidas. La ronda se interpreta como un voto de confianza y como un vehículo para que la compañía incremente sus tenencias de XRP, generando ganancias no realizadas para la empresa.
Ripple continúa avanzando pese a disputas previas con la SEC y busca obtener una licencia bancaria, un paso que podría integrar sus productos en la infraestructura financiera tradicional y alinear su estrategia con requisitos de cumplimiento más estrictos.
Ripple y su nuevo valor de mercado
La operación refuerza la liquidez de Ripple y su capacidad para intervenir en el mercado de XRP. También aumenta la probabilidad de iniciativas corporativas de mayor calado —incluida la posibilidad de una IPO—, aunque persisten riesgos de concentración y volatilidad en el token.
La expectativa de ETFs institucionales podría atraer mayores entradas de capital, al tiempo que eleva el escrutinio regulatorio. En paralelo, la búsqueda de una licencia bancaria conectaría la estrategia de producto con exigencias de cumplimiento que condicionarán la ejecución y el ritmo de expansión.
El próximo hito relevante es el desenlace del proceso de aprobación de ETFs y el avance hacia una posible licencia bancaria; ambos determinarán si la estrategia de acumulación de XRP y la valoración de $40.000 millones se traducen en crecimiento sostenido o en episodios de alta volatilidad para inversores y contrapartes.
