Mientras el gobierno de Estados Unidos permanece paralizado, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) se enfrenta a un aluvión de solicitudes para crear nuevos fondos cotizados (ETF) cripto. A pesar del cierre parcial de las operaciones regulatorias, varias gestoras han continuado presentando propuestas ambiciosas, generando demoras y una acumulación de trámites pendientes. En esta nota repasamos el conflicto entre la urgencia del mercado y la capacidad operativa limitada de la SEC.
Más de cinco nuevos ETF cripto llegaron esta semana al escritorio de la SEC, a pesar de que gran parte del personal regulador ha sido puesto en licencia o trabaja con funciones mínimas debido al cierre del gobierno. En condiciones normales, estas solicitudes requerirían análisis detallados, pero ahora la agencia enfrenta un cuello de botella sin precedentes: muchas revisiones se han suspendido y las decisiones están congeladas
Entre las nuevas propuestas destacan un ETF vinculado a Ethereum stakeado que pretende capturar recompensas de staking, así como pedidos más agresivos que incluyen ETF apalancados 2× para tokens emergentes. Incluso firmas como ARK están presentando múltiples ETF de Bitcoin con estrategias alternativas de rendimiento o protección parcial.
Acelerón de solicitudes y parálisis burocrática
El bloqueo regulatorio tiene un efecto dominó: aproximadamente 16 ETF ya esperaban aprobación este mes, y la llegada de unas 21 nuevas solicitudes apenas intensifica la congestión administrativa. El cierre del gobierno prolongado podría extender aún más los plazos, empujando decisiones hacia noviembre o más adelante.
Para las gestoras, esto es una carrera contrarreloj. Muchas quieren obtener luz verde antes de que expire el año para posicionarse en el mercado cripto institucional esperado. Pero el retraso regulatorio pone en jaque esa estrategia y crea un riesgo latente: la demanda existe, pero la capacidad de la SEC para procesar solicitudes no.
En conjunto, este episodio refleja una tensión estructural: el entusiasmo del mercado cripto por nuevas estructuras de inversión choca con las limitaciones operativas del aparato regulatorio. Mientras tanto, miles de millones en capital potencial permanecen en espera, a merced del relóg regulatorio y del desenlace político en Washington.